Màquina traductora

dilluns, 26 de setembre del 2011

EL GOVERN DEL TEA PARTY BALEAR

El Govern de Bauzà (i els de la majoria de les institucions de les Illes que el PP ha començat a comandar des de les passades eleccions) ha demostrat en aquests 100 dies de glòria ser un govern neoconservador de manual, més preocupat per l’aplicació de la seva ideologia que per resoldre els problemes dels ciutadans i ciutadanes de la nostra Comunitat, immersos en la més absoluta incertesa pel que fa al seu futur.


Un PP que al capdavant de les principals institucions, ha posat la crisi com a excusa per dur endavant poca cosa més que retalls. Retalls ideològics, contra allò social, contra allò públic: l’atac a l’educació pública i al professorat, que genera inquietud i incerteses a tota la comunitat educativa, fins i tot als pares i mares als que s’havia promès la “llibertat” d’elecció de centre, però no de política educativa. Retalls al tercer sector social, amb la retirada de subvencions de les quals depenen serveis d’atenció a milers de persones depenents o en risc d’exclusió social, així com centenars de professionals que s’hi dediquen. Al transport públic, es digui SFM o EMT, reduint horaris i augmentant tarifes, pel simple fet de ser públic, i que suposen també un retall social en tant que es tracta dels mitjans de transports que té a l’abast la ciutadania. Això, sense comptar amb els anuncis de privatització de serveis estratègics, que ben segur vindran si es tanca el cercle de poder del PP a nivell d’Estat després de les eleccions generals de novembre.


Però també retalls de democràcia, aprofitant la majoria que li han atorgat les urnes el passat mes de maig, per reduir la participació social i i el control que ha d’exercir l’oposició a la seva mínima expressió: tancant uns mitjans de comunicació (RTVM) i imposant comisaris polítics a altres (IB3); reduint els recursos i les preguntes de control de l’oposició; atacant i qüestionant els representants de les treballadores i treballadors públics... així, fins al darrer consistori de Mallorca on el PP hi té majoria absoluta, i on també han fet tot el possible per reduir plenaris o treslladar-los a horari de matí dificultant així la participació del poble.


Retalls que el que és pitjor: no responen a un full de ruta concret que ens condueixi a sortir de la crisi, ni a millorar el benestar, ni la confiança de tots nosaltres. És pura ideologia, talment un Tea Party balear, amb Carlos Delgado al capdavant, com posa en evidència l’atac a la llengua catalana i la voluntat de crear un conflicte allà on no n’hi ha (ja sigui a l’escola, o als mitjans de comunicació, o a en l’accés a l’administració) i dividir la societat, quan el que haurien de fer les institucions públiques és garantir la cohesió social.


El darrer dels anuncis grandiloqüents de Delgado ha estat una Llei General Turística orientada al “retorn” dels capitals que se n’anaren al Carib, i que implicarà entre altres coses un canvi d’usos turístics a residencials dels hotels. És a dir: tenim un Govern que no té posició oficial respecte a l’augment del “tot inclòs” (un 25% d’ençà que va començar la crisi) i les seves repercussions socials i econòmiques; ni respecte al fet que ara acaba la temporada amb més turistes dels darrers anys, però sense que això repercuteixi en la feina al sector... Perquè ara a més a més, només falta que els hotels deixin de ser hotels, i enlloc dels capitals, siguin les famílies que depenen del sector de l’hoteleria les que hagin d’emigrar cap al Carib... Senzillament, no es pot consentir ni una política econòmica ni en aquest cas una Llei que jugui amb el futur de tots (i no només dels empresaris), i que no tengui en compte la possibilitat de viure dignament del milió i pico de persones que viuen en aquesta Comunitat Autònoma. No els ho podem permetre.


dimecres, 14 de setembre del 2011

DE LA INDIGNACIÓN AL COMPROMISO

(Un article col·lectiu publicat avui a El País)


Asistimos a una crisis mucho más profunda que la crisis financiera. Es la crisis de un modelo de desarrollo ambientalmente insostenible, de un modelo económico y socialmente injusto y de un modelo político en el que los partidos gobernantes, supeditados a los poderes económicos, han pervertido la esencia de la política y de la democracia —que, no olvidemos, significa gobierno del pueblo— cambiando el gobierno de la ciudadanía por el de los mercados financieros. Tenemos la convicción de la necesidad de una renovación radical de la política, en España y en el mundo, para regenerar la democracia y hacer que la economía esté al servicio de las personas de acuerdo con las necesidades reales de la sociedad y los límites de la biosfera. Estamos en ello.

Compartimos la visión de quienes consideran que la izquierda ahora gobernante tiene un problema mucho más grave que el del avance electoral de la derecha, que es su falta de horizonte y su incapacidad de imaginar otra receta que la de aceptar las presiones antisociales y degradar los derechos públicos y las condiciones laborales. A su vez, hoy no basta con las opciones tradicionales a su izquierda que no solo no han llegado a recoger el voto ofendido sino que han envejecido como alternativa. Si queremos ir más allá, no solo queremos detener a la derecha, sino también cambiar la izquierda.

Porque las respuestas del siglo pasado no sirven para el siglo XXI y porque a los ideales solidarios hay que sumar nuevos valores: la equidad entendida como igualdad de oportunidades y protección social; el ahorro, la mesura y la eficiencia en el uso de los recursos; la responsabilidad para con las personas y la sociedad, con los animales y con las generaciones futuras; el equilibrio en las relaciones con la naturaleza; la independencia de las instituciones públicas respecto a los poderes económicos; la gestión transparente, honesta y eficiente de lo público al servicio de la ciudadanía, la democracia participativa y deliberativa; el pacifismo activo… para abrir caminos hacia otro proyecto realista de sociedad y de civilización en el que sea posible la convivencia pacífica y el bienestar humano para toda la población, ajustando el desarrollo a los límites físicos y biológicos del planeta, en un mundo que, aunque no perfecto, sea viable para todos y más justo.

Estos valores, sobre los cuales debería ser posible encontrar en la sociedad un amplio entendimiento —más allá de las percepciones ideológicas tradicionales—, deberían configurar una línea de salida concreta a la crisis económica actual que no solo ha provocado ya cinco millones de desempleados en nuestro país y 200 millones en todo el mundo, sino que amenaza con desmantelar el Estado de bienestar, los derechos laborales y la protección social en Europa y con arruinar las perspectivas de una globalización equitativa a escala mundial.

Las empresas no necesitan más facilidad para despedir, sino más crédito para producir
Esa salida es posible: hay otras alternativas más justas y eficientes para superar la crisis. Alternativas como incrementar los ingresos con una adecuada fiscalidad dirigida a los que más ganan, más tienen y más contaminan; modulando la reducción del gasto reduciéndolo de las subvenciones a las actividades contaminantes, de las inversiones en infraestructuras ruinosas —AVE sin pasajeros, aeropuertos sin aviones, autopistas solitarias—, de los gastos militares y eclesiales, etcétera... en vez de quitárselo a los pensionistas o a los empleados públicos, que educan a nuestros hijos, curan a nuestros enfermos y cuidan a nuestros mayores.


Las empresas no necesitan más facilidad para despedir, sino más crédito para producir
Es otro enfoque, perfectamente viable. Es necesaria una nueva política económica que tenga como objetivo la creación de empleo, especialmente en la economía verde y en los servicios sociales.

Pero este nuevo enfoque requiere abrirse camino a escala europea, porque no hay soluciones Estado por Estado. No habrá protección de la sociedad frente a los mercados financieros mientras no haya una respuesta diferente de las autoridades europeas: solo una mayor unidad política, económica y fiscal europea —con bonos europeos para una financiación de las deudas soberanas a menores tasas de interés y a más largo plazo, con una agencia europea de calificación y con una tasa a las transacciones financieras— impedirá que el manejo de la deuda griega y la de los demás países periféricos por parte de los mercados financieros acabe por llevar al euro al colapso y a Europa a la ruina.

Los Verdes europeos, con los que nos identificamos, se están batiendo en el Parlamento Europeo por soluciones similares y han propuesto un green new deal para Europa, porque solo la economía verde y baja en carbono permitirá avanzar hacia otro modelo productivo y de consumo frente a una crisis que no es solo financiera y económica, sino también energética, climática y ecológica.

La peculiar situación española, con un desempleo insoportable, aconseja emprender esa dirección. Posibilidades no faltan: España cuenta con un potencial extraordinario en el desarrollo de las energías renovables, con la mayor superficie cultivada de agricultura ecológica, con capacidades tecnológicas en sectores emergentes, con excelentes profesionales en salud, investigación científica y educación, con una sociedad civil emprendedora… que podrían llevar a construir un desarrollo diferente y con pleno empleo. Pero con empleos menos vulnerables y más sostenibles: solo las actividades generadoras de empleos verdes, como las energías renovables, la agricultura ecológica, el transporte sostenible, la rehabilitación de edificios, etcétera... podrían generar dos millones de nuevos empleos e importantes beneficios sociales, ambientales y económicos

Recientemente, el autor de ¡Indignaos! Stéphane Hessel, nos decía que ahora es el momento de pasar de la indignación al compromiso, cada quien desde su ámbito. Quienes suscribimos este artículo lo hacemos desde el ámbito de la política. Hemos acogido receptivamente las movilizaciones sindicales contra la reforma laboral, las reflexiones y propuestas de las gentes de la cultura y escuchado con atención las demandas indignadas de las plazas tras el 15-M, con las que coincidimos. Pensamos que no solo deben cambiar las políticas, sino también la política. Hacen falta reformas electorales y constitucionales de gran calado, una nueva transición para una mejor representación de la ciudadanía, más activa y directa, el fin del bipartidismo y de la partitocracia, un nuevo empoderamiento popular y un republicanismo participativo en el que el poder esté más repartido, con partidos más democráticos, transparentes y refractarios a la corrupción, con organizaciones sociales y ciudadanas más representativas y con más poder de consulta, control y codecisión, donde la iniciativa legislativa popular y los referendos locales, autonómicos y estatales sean instrumentos habituales y normalizados de ejercicio de la democracia... Una democracia que no lo fíe todo a lo representativo, sino que para ganar legitimidad se le añadan instrumentos de democracia participativa y deliberativa.

El desafío no es menor. El momento histórico y la demanda de la sociedad nos exige algo nuevo e intentarlo hacer en el sentido más amplio y unitario posible. En este contexto queremos contribuir dinamizando un amplio movimiento político que promueva salidas viables, y, por tanto, distintas de la crisis que padecemos, en clave de equidad social, sostenibilidad ambiental y de mayor democracia. Queremos contribuir a construir un nuevo espacio político plural que ofrezca un cauce de participación a las personas que no se resignan a contemplar pasivamente esta situación; especialmente, queremos crear un espacio de activismo político para las generaciones emergentes y de construcción de alternativas para todas las personas que estén dispuestas a comprometerse generosamente para encontrar, individual y colectivamente, soluciones de actualidad a los desafíos de nuestro tiempo. Ese es nuestro compromiso.

Juan López de Uralde, EQUO, comisión promotora; Inés Sabanés, EQUO; Joan Herrera, secretario general de ICV; Mónica Oltra, diputada de las Cortes Valencianas por Compromís, y David Abril, secretario general de Iniciativa Verds (Baleares).

dilluns, 12 de setembre del 2011

COALICIÓ RENOVADA I AMPLIADA

Els de la coalició PSM-IV-ExM seguim pensant diferent, i anam contracorrent davant un sistema que a pesar del clam de la gent per més i millor democràcia, vol reduir la representació electoral al bipartidisme PP-PSOE i la participació de la gent a votar cada quatre anys (si és que són capaços d’arribar) a una d’aquestes opcions enllaunades.


El dissabte, els consells polítics dels tres partits decidiren reeditar una coalició que a les autonòmiques i locals del maig, va obtenir un excel•lent resultat enmig de l’apatia de la gent progressista. Ara, hem fet una aposta per renovar aquesta coalició i ampliar-la a altres forces amigues de l’esquerra verda i l’esquerra nacionalista de Menorca, Eivissa i Formentera, i hi seguim fent feina, perquè en els propers dies, la coalició encara sigui més grossa i més unitària.

La coalició mirarà de donar continuïtat em clau d’eleccions estatals a un programa fonamentat en tres pilars: persones, ecologia, autogovern. Tres pilars que són el focus de l’atac ferotge dels mercats, de la dreta política i també de la (suposada) socialdemocràcia amb l’excusa de “sortir” de la crisi. Una coalició que no sols defensarà a ultrança els drets socials i els serveis públics, el territori, la llengua o el país, sinó també una alternativa econòmica viable fonamentada en les persones i el medi ambient, en connexió amb els valors que defensen altres forces germanes d’arreu de l’Estat, a Europa i al món.
Podria parlar molt i bé del que representa aquesta coalició. Us en diré perquè a més des d’IniciativaVerds el suport a la coalició ha estat molt majoritari: és una aposta unitària i coherent en la defensa dels principis de l’equitat i la sostenibilitat; consolida un tercer espai polític a les Illes ecologista, d’esquerres i sobiranista, diferenciat del PP i el PSOE; contribueix a fer una altra política possible, que és el que volem la gent d’EQUO i els votants a la recerca d’un nou referent polític. I sobretot, garanteix que les nostres idees podran incidir en la política de l’Estat, perquè és el primer cop que objectivament, estem en condicions d’obtenir representació a les Corts generals. Endavant!

dimarts, 6 de setembre del 2011

...ÉS L’ECONOMIA, ESTÚPIDS!!

Aquesta expressió va agafar fama durant la campanya electoral de les presidencials nord-americanes a les quals Clinton s’enfrontava a un Bush (pare) ancorat en les polítiques neoliberals impulsades anteriorment per un altre republicà conservador, Ronald Reagan, després de la crisi del petroli. Amb la sentència es recordava la necessitat d’apel•lar des del discurs polític a les necessitats quotidianes des ciutadans i ciutadanes: l’economia familiar i la seva subsistència, la feina, l’habitatge, etc.

A pesar que aquesta qüestió va ser clau per a la victòria dels demòcrates, gairebé res d’allò no ha quedat, amb l’excusa de la crisi, ni en els discursos ni en les polítiques ni d’Obama ni de la socialdemocràcia europea, que va a remolc de neoconservadors com la Merkel o neofeixistes com Berlusconi.
Només els mercats semblen tenir dret a ser plorats diàriament, mentre milions de persones són qui vertaderament pateixen els efectes més durs de la crisi, per no parlar del drama humà de Somàlia, que segueix ocupant un lloc testimonial tant als mitjans de comunicació, com a l’agenda de la comunitat internacional. Senzillament, immoral.



Per això, ahir va ser un dilluns de “pànic”, i avui és dimarts d’”incertesa”... I demà, què serà? Què es pot esperar de l’aplicació de receptes a mida dels especuladors i els senyors de les finances, dels qui han provocat aquesta crisi, a costa de la democràcia i del benestar de les persones? On queda l’agenda real, la dels problemes petits i grossos de la humanitat, en els plans d’ajustament i la macropolítica dictada pels mercats? El miratge de capitalisme amb rostre humà sembla que ha arribat a un carreró sense sortida, per mèrits propis. I la realitat quotidiana pesa i molt en la sensació d’incertesa que domina el present i el futur de totes i tots.