Ayer se celebró en Cúcuta, en la frontera con Venezuela, un concierto “por la paz sin fronteras”, auspiciado por el de la camisa negra, acompañado por los canonizados Alejandro Sanz y Miguel Bosé. La paz sea bienvenida, aunque sea a costa de la dignidad de los pueblos. El concierto, acto mediático sin parangón en el país, fue el ejemplo perfecto de cómo superar un conflicto huyendo de él, o lo que es lo mismo, ignorándolo.
El concierto ha sido calificado ya de “inolvidable”, por tanto ha logrado su propósito. Como reza el vídeo del anterior post, recordar es vivir. Conviene recordar que el gobierno de Colombia bombardeó hace unas semanas territorio ecuatoriano bajo la excusa de perseguir a terroristas, cuando lo que buscaba, como ha denunciado ya incluso la propia familia de Ingrid Betancourt, era boicotear la liberación de secuestrados por las FARC como antesala de un verdadero proceso de paz.
Y conviene recordar también que existen dos Colombias, la de Juanes y Shakira, patriotas incondicionales-modelo a seguir, y la de los millones de desplazad@s por la violencia de las armas y la de la pobreza, que también duele y mata.
Cierto es que Colombia tiene un “buen” nivel de renta, pero es uno de los países más inequitativos de América Latina: más de la mitad de la población se sitúa por debajo del umbral de pobreza, el 13% de los niños y adolescentes no están escolarizados, y cerca de un 40% de la población no dispone de seguro médico. Las ciudades, cada vez más pobladas como consecuencia del empobrecimiento del campo bajo control paramilitar, tienen sus propio Sures y sus propios Nortes: Bogotá es dos mundos claramente diferenciados, pero al mismo tiempo altamente dependientes.
Semejantes niveles de desigualdad social sólo pueden mantenerse mediante un férreo control militar y paramilitar de la población, sustentados en el populismo de Uribe, antiguo colaborador y amigo íntimo de Pablo Escobar, conocido jefe del cártel de Medellín, y en la cultura del miedo.
Como ya decía hace años Pierre Bordieu refiriéndose al telediario: “un producto que conviene a todo el mundo, que confirma cosas ya sabidas y, sobre todo, deja intactas las estructuras mentales". Por cierto, en Colombia, Radio Caracol, la principal emisora de radio del país, propiedad de Prisa, es conocida como Radio Paracol.
*Este post va en castellano para compartirlo con l@s amig@s y compañer@s de proyecto político colombian@s.
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